Recuerdo bien mi experiencia a bordo de la primera generación de Ford Territory que llegó a nuestro país. Manejaba C.C. y yo me la pasé jugando con la pantalla y las cámaras en cada semáforo de la Avenida del Libertador. Nunca me terminó de gustar estéticamente, pero conozco gente a la que siempre le pareció “el auto perfecto” .
También compartí con C.C. la sesión de fotos de la segunda generación . La hicimos aprovechando una salida de varios Cobras que terminó en asado por Exaltación de la Cruz. Era tan nueva que varios nos preguntaban qué era y cuándo salía a la venta. Ahí, estéticamente, ya me gustaba más, aunque nunca fui fan de la Territory. No reniego del formato SUV, pero prefiero los que tienen un espíritu más aventurero, ya sea con tracción integral o -yendo para el otro extremo-, con orientación más deportiva.
Sin embargo, parece que el mercado y mis gustos no van exactamente de la mano. La Ford Territory se vende muy bien, tal como mostramos con las cifras en la nota de la semana pasadao. Me tocó manejarlo el flamante restyling 2025, con el agregado de una invitación de Ford a una noche en Pampas de Areco (reforzando mis salidas “de pueblitos” para hacer fotos).
Probé una semana la versión Titanium, que en agosto tiene un precio de lista de 50.058.000 pesos. La crítica completa se reproduce a continuación.
POR FUERA

Cambió poco con este restyling, pero la Terretory es un buen ejemplo de lo rápido que se mueve el mercado chino con sus actualizaciones. Empezamos por la trompa, que es donde se ven los cambios más notorios. La parrilla se acható y se estiró, mientras que las luces diurnas modificaron su diseño (ahora están más alargadas). Además, ya no hay faros auxiliares en la parte baja: Ford asegura que, con las luces adaptativas, no los necesita (tengo mis dudas). La parte inferior del paragolpes mantiene ese borde metalizado, mientras que los apliques en la parrilla son exclusivos de la versión Titanium.
Ya en la vista lateral, esta versión Titanium viene con las manijas de puertas cromadas, llantas de aleación de 19 pulgadas, los marcos de ventanas cromados y las barras de techo en gris satinado. La Territory mide 4.685mm de largo, 1.706mm de alto y 2.177mm de ancho con espejos. El tanque de combustible tiene 60 litros de capacidad y la unidad probada estaba equipada con neumáticos Goodyear Efficient Grip en medida 235/50 R19. La rueda de auxilio es de uso temporario y viene ubicada debajo del piso del baúl.
En la parte trasera también hay novedades estéticas. Los faros son full LED y conservan el mismo estilo que antes del restyling. El logo es el nuevo de Ford, que ya elogié en la crítica de la Maverick Hybrid (ver nota). Del borde inferior de la tapa del baúl para abajo hay más cambios. Todo el sector fue rediseñado, quedando más limpio y minimalista.

Ford habla de una “renovación funcional” para el interior de la Territory (2025), pero vayamos por partes. Arrancamos por el volante, que parece tener un diámetro menor y sigue con la parte inferior achatada. Está revestido en cuero, con detalles metálicos y botones multifunción. Los paneles de puerta y el torpedo siguen teniendo esas decoraciones simil madera, que a mí no me terminan de convencer, pero a varios que la revisaron les pareció que quedaba muy bien.
El tablero y la central multimedia siguen siendo en una sola pieza, con una separación “sin data” en el medio, pero ahora es más baja y -a mi gusto- mucho más estética. Técnicamente hablando el tablero de instrumentos mide 12 pulgadas y la parte multimedia 12.3 pulgadas. Cuenta con Apple Car Play y Android Auto, ya sea por cable o inalámbrico. El sistema de sonido cuenta con ocho parlantes y un efecto 3D que Ford bautizó SoundStage.
La parte baja de la consola central prácticamente no cambió y cuenta con cargador inalámbrico (solo en la versión Titanium), puertos USB-A y USB-C. Más atrás está la selectora de marchas en forma de ruedita (“Rotary Shifter”), el freno de mano eléctrico, algunas teclas más y el mando del volumen (con un dial). Sí, además de tenerlo en el volante podemos subir o bajar la música desde un viejo y querido mando analógico. Bien ahí.
POR DENTRO

Ford habla de una “renovación funcional” para el interior de la Territory (2025), pero vayamos por partes. Arrancamos por el volante, que parece tener un diámetro menor y sigue con la parte inferior achatada. Está revestido en cuero, con detalles metálicos y botones multifunción. Los paneles de puerta y el torpedo siguen teniendo esas decoraciones simil madera, que a mí no me terminan de convencer, pero a varios que la revisaron les pareció que quedaba muy bien.
El tablero y la central multimedia siguen siendo en una sola pieza, con una separación “sin data” en el medio, pero ahora es más baja y -a mi gusto- mucho más estética. Técnicamente hablando el tablero de instrumentos mide 12 pulgadas y la parte multimedia 12.3 pulgadas. Cuenta con Apple Car Play y Android Auto, ya sea por cable o inalámbrico. El sistema de sonido cuenta con ocho parlantes y un efecto 3D que Ford bautizó SoundStage.
La parte baja de la consola central prácticamente no cambió y cuenta con cargador inalámbrico (solo en la versión Titanium), puertos USB-A y USB-C. Más atrás está la selectora de marchas en forma de ruedita (“Rotary Shifter”), el freno de mano eléctrico, algunas teclas más y el mando del volumen (con un dial). Sí, además de tenerlo en el volante podemos subir o bajar la música desde un viejo y querido mando analógico. Bien ahí.
Los tapizados son en cuero microperforado y los asientos delanteros cuentan con calefacción y ventilación. La butaca del conductor viene con regulación eléctrica de 10 posiciones, mientras que la del acompañante también es eléctrica, pero de cuatro posiciones. Si bien la versión anterior tenía un formato bi tono en la tapicería, ahora es mucho más llamativo e incluye costuras de color.
En las plazas traseras (que siguen siendo muy generosas, sobre todo para las piernas) se mantiene el bitono y cuentan con dos puertos USB-C y salidas de climatización. Los respaldos se pueden rebatir en formato 60/40 llevando el baúl de 448 litros a 1.422 litros. El portón del baúl es eléctrico con el sistema de apertura con el pie, muy útil cuando venimos con las manos ocupadas.
SEGURIDAD

La Ford Territory Titanium incorpora el paquete de tecnologías semiautónomas de asistencia a la conducción llamado Ford Co-Pilot 360. Esto incluye el control de velocidad crucero adaptativo con sistema “Stop & Go”, alerta de punto ciego (BLIS) con alerta de tráfico cruzado, asistente al arranque en pendiente (HLA), control electrónico de descenso (HDC), sensores de estacionamiento delanteros y traseros, cámara de estacionamiento trasera, sistema de monitoreo de presión de neumáticos, alerta de pre-colisión frontal y trasera, alerta de pre-colisión con frenado autónomo de emergencia, sistema de mantenimiento de carril con función de centrado, cámaras 360° y las siempre útiles luces altas automáticas. Se le suman elementos como frenos a disco en las cuatro ruedas con ABS y EBD, control de tracción y estabilidad, asistencia al frenado de emergencia, asistencia en el control del rolido y 6 airbags.
No hay pruebas de choque de LatinNCAP ni EuroNCAP, pero sí de C-NCAP, la filial en China de GlobalNCAP: le dio cinco estrellas en mayo de 2023 a la versión anterior a este restyling.
MOTOR y TRANSMISIÓN

Nada ha cambiado debajo del capot de la Ford Territory. Sigue el mismo propulsor 1.8 Ecoboost de cuatro cilindros, 16 válvulas y turbocompresor, que entrega 185 cv a 5.200 rpm, con un torque de 320 Nm entre las 1.750 y las 3.000 rpm. La transmisión sigue siendo automática de doble embrague y siete marchas.
Seguimos a la espera de una versión híbrida o híbrida enchufable, como ya existen en China, donde la Territory es conocida como Equator Sport. Ford confirmó que la Territory Hybrid llegará a la Argentina a fin de año: vendrá con exención del arancel del 35% y se espera que cueste casi lo mismo que la 1.8 Titanium
COMPORTAMIENTO

Un punto a favor de muchas SUV -y que la Ford Territory explota muy bien- es la altura de la carrocería. Prácticamente no tenés que saltar ni agacharte para subir y sentarte en la butaca del conductor. Bueno, mido 1.80, pero mi mujer mide 1.60 (soy generoso, para no dormir en el sofá), y también estaba feliz al ponerse al volante. Acomodamos butaca y volante (en altura y profundidad), nos ponemos el cinturón, damos arranque y giramos la ruedita de la selectora a D. Nos vamos.
La ciudad es su jungla preferida, aunque sus generosas dimensiones no dan para la frase “como pez en el agua”. Sí, desde que se ensanchó y alargó hace unos años, la Territory tiene su porte y se nota, sobre todo en calles más estrechas, como pueden ser las de los centros de grandes urbes. Un punto a favor es el confort de marcha en todo tipo de piso conurbanero: buen perfil de neumáticos y mejor puesta a punto de las suspensiones, hacen que sea muy confortable circular en el día a día. En la versión anterior, C.C. se quejaba de una dirección quizás demasiado asistida, pero yo no lo noté en esta nueva Territory.
El conjunto motor-caja van muy bien y la Territory se mueve ágil cuando lo necesitamos. No, no es ni por asomo un deportivo, porque simplemente no lo quiere ser ni aparentar. El consumo medio en ciudad nos dio 10.4 litros cada 100 kilómetros.

alimos a la ruta rumbo para San Antonio de Areco y, cuanto mejor se pone el asfalto, más cómoda va la Territory. Hay algo de ruido aerodinámico, pero nada grave. No tiene la insonorización de las nuevas Ranger, pero no está nada mal.
Los 185 cv cumplen con creces en recuperaciones y sobrepasos. De 80 a 120 medimos 6.5 segundos. La velocidad máxima alcanzada fue de 179 km/h y aceleró de 0 a 100km/h en 10.4 segundos. Los consumos en ruta fueron de 9.3 litros cada 100 kilómetros a 120 km/h.
La metimos en una tierra firme y suave, donde se comportó muy bien, aunque el tren delantero no nos transmitió toda la firmeza y robustez que nos hubiesen gustado.
CONCLUSIÓN

¿Te parece poco dos años para un restyling? Y, si te compraste una Territory hace dos meses, es lógico que no estés feliz. Pero el mercado chino es así y este vehículo viene de allá: el que fabrica manda. Hay que acostumbrarse a ese ritmo asiático tan vertiginoso.
¿Vale la pena el cambio? En mi opinión, sí. Las modificaciones estéticas -tanto internas como externas- me gustan. Me parece que la Territory (2025) ganó, pero sin modificar su esencia. Por eso, es una de las mejores opciones de SUV urbanas que hay en su segmento. Es el producto que incluso deja medio descolocadas a las SUV del Segmento B (chico), que a veces se desubican con el precio y quedan demasiado cerca de los 50.058.000 de pesos que cuesta esta Territory.
Es un producto que ofrece confort de marcha, gran habitabilidad, buena calidad de materiales, enorme equipamiento de seguridad y un conjunto mecánico que no decepcionan. La china de Ford sigue marcando el ritmo en nuestro mercado. La Territory confirma que el público argentino no tiene ningún prejuicio sobre los autos chinos. Es sólo que no nos gusta cuando un producto te entrega menos de lo que estás pagando. La Territory es el extremo opuesto de ese caso.